Tú y yo paseamos a Beatle los domingos por una calle
peatonal. Tú y yo comemos helado de chocolate blanco con galletas (también las
tardes de invierno en el sofá, ésas en las que no sabemos si sería mejor un
maratón de Friends o ver por séptima
vez La delicadeza en versión
original).
Tú hojeas una
revista de actualidad sobre la (des) honradez de los políticos y la
(in)seguridad laboral en las fábricas textiles de Bangladesh. Yo te insisto sin
cesar para que leas por fin una novela de Ray Loriga. Tú y yo viajamos a Buenos
Aires, a Casablanca y a Copenhague (porque a ti y a mí, ya sabes, no nos gusta el
Caribe…). Tú y yo no dormimos nunca la siesta, pero a menudo deshacemos la
cama.
Tú crees que
deberíamos aprender chino. Yo te pregunto por qué no cenamos arroz tres
delicias y nos olvidamos de hablar por esta noche. Tú y yo no tomamos café más
tarde de las cinco. Tú y yo odiamos a los fumadores (a los de puros con más fuerza
que a ninguno) que nos echan el humo en la cara.
Tú detestas bailar, pero
resucitas a Fred Astaire si bebes dos cervezas y suena Cyndi Lauper. Yo te
arrastro a los conciertos de Marwan y Quique González (y aunque no te das
cuenta, te veo cantar de reojo). Tú y yo confiamos en que “los buenos somos más, aunque los malos
hagan mucho ruido”. Tú y yo compramos manzanas y pimientos ecológicos,
porque tú siempre has sido muy verde y los dos somos bastante ro… Roncas, sí,
tú roncas, y yo escribo sobre tú y yo, que nunca seremos nosotros.
Tú y yo, que
somos las personas indicadas en un momento equivocado. Pero... "Incluso en los momentos más inesperados, cualquier cosa es posible...".
Ya hacía tiempo que no actualizabas, y lo he leido por casualidad. Ya sabes que todo lo que escribes me encanta.
ResponderEliminarHace no mucho yo estaba soñando en todo esto, pero a mi manera, creí ver con quien poder compartir una vida así, me precipité, corrí muy deprisa, pero el amor es así. Lo malo es que no para todo el mundo lleva la misma velocidad. y parece ser que la edad también importa más de lo que pensaba. Toqué el cielo de otro país, y lo sentí más mio que el del nuestro. Reí mucho, a todas horas. Me sentía el ser más afortunado habido y por haber. Soñaba con el mañana, sin importarme el presente. Así soy yo, queriendo huir de la imaginación, por que la realidad la estaba superando con creces. Pero no siempre las cosas salen bien, de hecho a mi nunca me salen, pero bueno, ya llegará el día. Y como sea mejor que este chiquito.. puedo alucinar. El no es malo, es increible de hecho, pero hay factores que superan las cosas buena. teenager, hombre y portugués, suma ganadora para evocar al desastre, jeje.
Pero bueno, yo seguiré soñando, que es lo que mejor hacemos, pero con la seguridad, que nuestra realidad, algún día, superará esa ficción.