miércoles, 6 de abril de 2011

Con las ganas...

Dimenticare en italiano, o más romántico si apuras, oublier en francés. Del derecho o del revés, en chino o en suajili, la opción más cobarde. Puede que duela más que el recuerdo, que mañana me arrepienta y me persiga eternamente el ¿qué hubiera pasado si…?
Pero a veces, demasiado es suficiente. Y yo ya he cruzado los límites que sospechaba, y los que no podía ni imaginar también.
Guardaré el te quiero que quema en mi garganta, los colores de tu sombra y las canciones que compuse, para el tiempo y la distancia.

Sí, lo sé, esa manía mía del perfeccionismo, yo tampoco me lo explico… que vaya a dejar este trabajo en un boceto, sin justificar, con los renglones torcidos y palabras que desafinan.
Y que incluso, aunque lo diga con la boca pequeña, borraría si pudiera el prólogo que empezamos a escribir aquel maldito abril.







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